Moderna tecnología desarrollada en la Universidad de Valparaíso proyecta un enorme potencial como ciencia aplicada. Proyecto fue lanzado oficialmente en Santiago.
Un importante aporte al desarrollo de la salmonicultura es la innovadora tecnología AAFOB, desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad de Valparaíso, liderado por el doctor Alejandro Dinamarca, que previene y controla la piscirickettsia salmonis, bacteria causante de la piscirickettsiosis, enfermedad que afecta a todas las especies de salmones cultivadas en Chile, llegando a producir hasta un 90 por ciento de mortalidad en algunos centros.
El producto, que es obtenido desde una bacteria marina autóctona caracterizada e identificada, inocua para animales y seres humanos, es capaz de afectar a patógenos de peces y de actuar sobre su sistema inmune. Y entre otras ventajas, evita el uso de antibióticos, aumenta la productividad y el valor agregado del producto y ofrece seguridad alimentaria.
El proyecto de transferencia tecnológica es beneficiario de los recursos otorgados por InnovaChile de Corfo, en conjunto con la empresa asociada al proyecto, EWOS S.A.
Ceremonia de lanzamiento
La ceremonia de lanzamiento se realizó este viernes en el hotel Intercontinental de Santiago y contó con la asistencia del rector de la Universidad de Valparaíso, Aldo Valle Acevedo, y el subdirector de Transferencia Tecnológica de InnovaChile, Darío Morales Figueroa, junto a académicos, investigadores y empresarios.
Además de la presentación del proyecto, denominado “Un aditivo alimentario funcional de origen bacteriano (AAFOB) para la profilaxis y tratamiento de piscirickettsia salmonis”, se realizó la firma de comodato y convenio de patrocinio entre la Universidad de Valparaíso, representada por su rector, Aldo Valle Acevedo, como propietaria de la tecnología AAFOB, y la empresa spin-off Micromarine Biotech, representada por el químico farmacéutico Gustavo Espinoza, quien recibe comodato y patrocinio de la UV para la explotación comercial de la tecnología en sus ámbitos productivos.
Importante aporte
El rector Aldo Valle manifestó sentirse muy orgulloso del trabajo que hacen los investigadores de la casa de estudios superiores: “Que una universidad como la nuestra, de la Región de Valparaíso, logre llegar —desde luego apoyada con recursos públicos de Corfo y Conicyt y además que ha contado con la confianza de empresas privadas— a la etapa de transferencia al mercado y a la industria de innovación tecnológica, a partir de recursos naturales, como es la salmonicultura, no sólo es una señal, sino un momento de gratificación”.
Valle sostuvo que la Universidad hace una enorme tarea para estar atenta a esas necesidades y “debe hacer un aporte al desarrollo económico y de la industria desde su perspectiva y desde su misión institucional; es decir, contribuir desinteresadamente a generar conocimiento y que ese conocimiento sea válido para la industria; de esa forma la industria lo incorpora y lo transforma en bienestar y también en negocio. La Universidad tiene la tarea de formar profesionales, de investigar, pero también de transferir el conocimiento a la sociedad”.
Cada uno tiene su rol
Por su parte, Darío Morales, subdirector de Transferencia Tecnológica de InnovaChile, advirtió que “cada uno tiene su rol. No estamos pidiendo necesariamente que los investigadores se transformen en empresarios, porque probablemente no tienen las competencias para hacerlo; tampoco estamos pidiendo que los empresarios se transformen en investigadores. Pero en esta colaboración entre universidad y sociedad debemos entender que la Universidad de Valparaíso está mostrando el camino, que es posible generar ciencia de calidad y no sólo ciencia, sino también tecnología. Ahora, ser líder y mostrar el camino implica una responsabilidad. La UV está cumpliendo un rol muy importante y Corfo, en el año de la innovación, quiere precisamente mostrar esos ejemplos para que otros sigan su camino.”
Potencial enorme
A su vez, el doctor Alejandro Dinamarca destacó la proyección de la tecnología AAFOB, porque “si la miramos no solamente desde el área de la salud animal, sino también desde el área de la salud de las personas, tiene un potencial enorme, demostrado por el apoyo que está habiendo en el financiamiento, tanto público como privado. En Chile se hace una investigación de ciencia básica de muy alto nivel, sin embargo en ciencia aplicada estamos un poco al debe. Es el momento de cambiar. Los desafíos de Chile hacia el año 2050 son muy importantes, debemos pensar en la independencia como país productivo, en términos de generar nuestras propias industrias de base biotecnológica de alto valor agregado, que nos permitan ser independientes de la economía que se desarrolla en estos momentos”.
Asimismo, Atilio Ziomi, gerente de Comercialización de la Fundación Copec UC, afirmó que “en este caso es materia de orgullo para la Universidad el que un equipo de sus investigadores, encabezado por Alejandro Dinamarca, haya buscado con su conocimiento generar una solución a un problema bastante importante, en particular en la industria salmonera. Para nosotros es una gran satisfacción, porque hoy también estamos trabajando con el doctor Dinamarca, quien está partiendo con un nuevo proyecto, muy relacionado con la materia de esta ceremonia, que es un derivado de esta línea, que vamos a buscar otras soluciones, para otro tipo de problemas, que tiene que ver con salud humana y salud pública, que también parte con esta base tecnológica. Es una satisfacción ver que este país está avanzando a paso firme en ese sentido”.
Gustavo Espinoza, representante legal de la empresa Micromarine Biotech, manifestó estar muy orgulloso de este desafío, dado que “la creación de la empresa está basada en la generación de un emprendimiento, que derivó en la creación de esta empresa y para esto hubo mucho trabajo, con todo el grupo liderado por el doctor Alejandro Dinamarca, quien permitió que este desafío se llevara a la realidad. En estos momentos estamos en esta fase de lanzamiento del proyecto Corfo y lo que buscamos como primera actividad es acceder —si es posible y si todo marcha bien— al licenciamiento de la tecnología AAFOB para nuestra empresa y así comenzar a establecer la producción”.
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